Chistes surtidos y chistes triples
Conversan dos amigos que les gusta el fútbol.
- ¿crees que en el cielo se juegue al fútbol?
- Pues no lo sé, pero el que se muera primero que regrese y le diga al otro si juegan o no en el cielo. ¿De acuerdo?
- Ok. Es nuestro pacto.
Un día se muere uno de ellos y el otro se queda solo y triste, pero una noche después se hace una luz y aparece el amigo.
- Despierta que he regresado!!!
- Increíble. ¿Y, en el cielo juegan al fútbol?
- Bueno, te tengo dos noticias, una buena y otra mala. ¿Cuál querés primero?
- La buena.
- Pues sí, se juega al futbol en el cielo.
- Y, ¿la mala?
- Que vos figurás en el equipo para el próximo domingo.
Un hombre lleva su coche al taller y el mecánico trás examinarlo detenidamente unos minutos le comenta:
- A esta batería le conviene un coche nuevo.
Ring... ring....
- Hola, ¿hablo con la Secretaría de Cultura y Educación?
- Si, ¿que mierda quiere?
Le pregunta un gerente de ventas a un solicitante de empleo:
- ¿Tiene experiencia como vendedor, señor?
- Sí, claro. Vendí mi casa, mi coche, el piano y casi todas las joyas de mi esposa.
Un hombre se quejaba así:
- Dios mío, ten compasión de mí; mira cómo trabajo tanto. En cambio mi mujer tan tranquila en la casa. Yo daría cualquier cosa para que hicieras un milagro y convirtieras a mi mujer en mí, y yo en mi mujer, para que la muy vaga aprenda lo que es la vida de un hombre.
Dios, en su infinita misericordia ¡zaz!, le concede el milagro.
El primer día en la mañana, el milagro andante corre a levantar a los niños para que se vistan, prepara desayunos, pone ropa en la lavadora, saca del congelador la carne para el mediodía y sale disparado a la escuela con los hijos. De vuelta pasa por la estación de servicio, va al banco, cambia un cheque, paga el teléfono y la luz, recoge los trajes de la tintorería, pasa por el supermercado rapidísimo ¡y ya estaba al filo de la una de la tarde!...
Medio tendió camas, sacó la ropa húmeda y puso otra tanda en la lavadora; aspiró por donde ve la suegra, preparó un arroz para acompañar la carne, salió disparado a la escuela, se peleó con los chicos, les dio de comer, lavó los platos, tendió la ropa húmeda en sillas porque estaba lloviendo a cántaros, miró que los niños comenzaran a hacer la tarea, planchó una ropita pendiente mientras veía algo de tele de reojo... y salió disparado a la cocina para preparar la cena mientras volvía a pelear con los hijos para que se bañaran a tiempo.
A las 9 de la noche estaba agotado y deseando dormir a pierna suelta, pero en la cama le esperaban más deberes... Y los cumplió como pudo.
Al día siguiente volvió a clamar a Dios:
- ¡Señor! ¿En qué estaba pensando cuando tanto te supliqué que me cambiaras el rol?! Te ruego me devuelvas a mi condición normal, ¡por favoooor!.
Entonces oyó la amorosa respuesta de Dios:
- Claro que sí, hijo mío, nomás que deberás esperar nueve meses porque anoche quedaste embarazado!
1 comentario:
buenisisisimoooo!!!ja
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